En uno de los banquetes que ofrecía el rey persa Asuero, mandó llamar a su reina Vasti quien se negó a ir. Asuero molesto, decidió dar el título de reina a otra mujer que lo honrara sin dudar. Se buscaron jóvenes castas para el harén del rey, y entre ellas estaba Ester, la sobrina judía de Mardoqueo. Cuando se la presentan, Asuero queda asombrado ante ella por su gracia y le coloca la diadema real sobre la cabeza, lo que se observa en esta escena. Más tarde, Ester será símbolo de valentía para el pueblo judío.