Cuando Moisés descendió del monte Sinaí con las tablas de la ley escritas por Dios, encontró al pueblo en el campamento cantando y bailando alrededor del becerro. Esto causó su enojo y arrojó las tablas al suelo provocando que se rompieran. Quemó y molió al becerro, y el polvo diluido en agua se lo dio a beber a los israelitas; luego habló con Aarón sobre lo sucedido. Lanzar las tablas es el acto donde Moisés asume que el pueblo de Israel rompió su pacto con Dios.